Asociación de Amigos de los Espacios Históricos de Abánades

Asociación de Amigos de los Espacios Históricos de Abánades - Museo Histórico, C/ Puente de las Eras, Nº 5, 19432 Abánades (Guadalajara) España.

lunes, 25 de diciembre de 2017

Tiempo de paz...

Soldados republicanos cenando en una cerrada.

HOY HACE 80 AÑOS

"25 de diciembre. Canredondo (Guadalajara).
Como tenemos fiesta, hemos salido un grupo con el fin de pasar el día en Carrascosa de Tajo, a más de dos horas andando, y al propio tiempo, para ver si podíamos comprar algo para conmemorar estas fiestas tan señaladas y que tanto se siente estar alejados de los familiares. El día es espléndido y, al llegar al apacible pueblo, nos recibieron muy bien. Enseguida nos facilitaron comestibles, con los que nos confeccionaron una envidiable comida. Por la noche, después de cenar, tuvimos que entrevistarnos con unos músicos del pueblo y los convencimos para emprender un baile familiar, que tuvo éxito. Gracias a ir a buscar a las chicas por mediación del pregonero, nos acostamos en un pajar de una casa que galantemente nos cedieron".

Extraído del Diario de Buenaventura Leris Sanagustín, cortesía de su hijo Ventura Leris i Quiles. Ilustración de Alfredo González Ruibal.

jueves, 12 de octubre de 2017

Revivir… Representar… Recrear.

Fotografía de Paco Soler
Durante los últimos años, creo que son siete, en nuestro pueblo, Abánades, el segundo domingo de junio se rememora una batalla acaecida en la zona durante los primeros días de la primavera de 1938. Me propongo narrar lo ocurrido en estas recreaciones como si de un crónica se tratase, pero aderezada con opiniones, observaciones y reflexiones. De esta manera, me retrotraeré al pasado más lejano con los actores de la recreación, observaré a los espectadores y opinaré sobre la proyección histórica de estos trágicos sucesos. En principio diré que en los primeros años no quise asistir a estas representaciones hasta que me aseguré de que se hacía con el máximo respeto. Una vez cerciorado de que estas exigencias eran cumplidas, he participado con la máxima curiosidad en los diversos momentos de estas jornadas.
El viernes de este fin de semana, el segundo de junio, aparecen jóvenes uniformados deambulando por el pueblo. Nos estamos introduciendo en los días de la guerra, son los primeros y no sabemos de dónde vienen, si del Ejército del Turia, del valle del Nalón, no suelen ser muchos. La organización les proporciona unos locales comunales para que puedan dejar sus cosas y dormir.
El trabajo organizativo es muy amplio y los miembros del Museo, que suelen ser los organizadores, se quejan de que pocos echan una mano, peligrando las futuras recreaciones.
El sábado se intensifica el número de recreadores y se ven, por cualquier esquina del pueblo, grupos de soldados con sus distintos uniformes: tenemos falangistas, requetés, soldados del ejército nacional, moros, anarquistas, soldados del ejército popular con sus uniformes dispares… como si de un plató de cine se tratase, nos retrotraen a otra época. La mayoría de estos recreadores vinieron durante la mañana, son del Frente de Madrid. Tenemos la puesta en escena. Solamente por analizar la simbología de sus uniformes merece la pena estar en el pueblo en estos momentos, toda una muestra de historia reciente aportada por la vestimenta de estos actores. Si bien lo que se muestra es importante, quizá sea más lo que se demuestra. Me refiero a la actividad que todos los años sobre las once hay en el Museo: una conferencia, se presenta un libro o se comenta una película o un corto tocando distintos temas o puntos de vista sobre lo que ocasionó el conflicto.
Mi trabajo me impide estar los sábados en este acto. Por cierto, me dicen que no es muy seguido, no obstante siempre pregunto por él, interesándome por cuál fue el tema tratado y lamentándome por no poder asistir. Quizá estos momentos sean los más importantes pues nos acercan al conflicto con la reflexión y la perspectiva histórica. A veces se ha definido al hombre como un ser histórico, o sea, que asume en su realidad humana el pasado y de esta manera se proyecta en el futuro. Estos actos que se celebran el sábado en el Museo, pienso, son de máxima importancia dando cabida a las distintas visiones, con lo que se está haciendo un historicismo analizando las carencias y realidades y proyectando su influencia en el presente y en el futuro.
El Museo permanece abierto y las visitas se intensifican, otros suben a ver las trincheras del Alto del Castillo y pasan la tarde imbuidos de este ambiente prebélico. Muchos de los recreadores se conocen y comparten afición y para ellos es motivo de satisfacción reencontrarse hablando de estos y otros temas, son aquellos que al día siguiente se insultarán y se matarán. Teatralizan nuestra historia. ¿Hay otra forma mejor de recordarla para no repetirla?
Estoy haciendo una cronología del acto en general, no de un año en particular. Las variaciones son pocas. El lugar preferido parece el más vistoso: el Puente Grande, no obstante los miembros de la recreación suelen ser fieles, dentro de lo que se puede, al hecho histórico y este año pasado se trataba de tomar una colina en el pasaje conocido como La Peñuela. Algo así dicen que ocurrió en los primeros días de la primavera del treinta y ocho.
Antes de escribir esta cronología procuré informarme viendo otras recreaciones. La más impresionante es la de Fayón, en la que se recrea la Batalla del Ebro. Los medios materiales son muy superiores, atraviesan el río en barcos, tienes apoyo de la aviación, como si se tratase de hacer un puente en la playa. Los defensores fuertemente atrincherados utilizan ametralladoras, morteros, bombas de mano. La gran intensidad de fuego hace temblar a los espectadores, imaginemos lo que en verdad ocurrió allí. En nuestro pueblo los medios materiales son bastante más restringidos pero no el espíritu de los protagonistas de estas representaciones demostrando una gran perfección técnica, conocimiento y entusiasmo para representarlo, más tarde ampliaremos estos y otros aspectos.
La noche del sábado el pueblo está muy animado y el Song Bar López prepara una verbena con algún cantante de coplas que nos introduce en el ambiente de los años treinta. A ello contribuye que algunos habitantes de Abánades se suelen vestir como los lugareños de aquellos años, y es aquí donde los uniformados se mezclan con los locales y a ritmo de pasodoble nos trasladamos a la época de la contienda. Este año nos sorprendieron dos señores perfecta y elegantemente ataviados de época, dicen que venían de Barcelona.
          La noche transcurre entre cerveza y cerveza, pasodobles y corrillos comentando lo que allí ocurre, poco a poco cada uno se va a sus aposentos. ¿Qué interés, no material, tienen que tener para que gentes tan dispares se acerquen a este pequeño pueblo desde lugares tan lejanos? La guerra ha sido y sigue siendo un motivo de reflexión e interés histórico que hace que muchos apasionados no reparen en gastos y sacrificios para esta en estas recreaciones.

Fotografía de Paco Soler
La mañana del domingo, el número de participantes se ha intensificado, un grupo de legionarios han llegado de un pueblo del vecino Teruel. Muchos visitantes con cámaras fotográficas simulando ser reporteros gráficos aparecen por doquier y es que el Museo ha convocado un concurso de fotografía cuyo tema es la recreación histórica.
A las doce y media se hará la representación de la batalla. Como dije antes, este año se trata de tomar una colina defendida por tropas del bando sublevado con soldados del ejército regular de Franco y mezclados con uniformes falangistas.
La colina se encuentra fuertemente defendida con nidos de ametralladora, sacos terreros. Hay varios puntos estratégicos, unas estacas unidas por unos cordones que simulan las alambradas de espino, lo más parecido a la realidad. Estamos en el punto culminante de esta jornada, es aquí donde voy a someter a crítica los términos revivir, representar y recrear. Dicen que recordar es volver a vivir pero la paradoja es que ninguno de los que estábamos allí fuimos protagonistas de aquella realidad. Por tanto, ¿cómo se puede volver a vivir lo que nunca se vivió? Parece un galimatías pero no lo es, ya que la naturaleza humana analizando, sintiendo, apasionándose, puede introducirse en la historia como si fuese protagonista de ella. Si no fuese así no podríamos tener transmisión cultural. Observé que hay varios niveles de implicación, aquellos que vivieron la guerra de niños parece que no la recuerdan con mucho entusiasmo, ¿qué verían? Los que nacieron en la década de los cuarenta he notado que están fuertemente marcados por la propaganda de la posguerra; los que nacimos en la década de los cincuenta y sesenta, cuya juventud correspondería con las primeras elecciones democráticas, tenemos una actitud más crítica. Por último, los que nacieron con la democracia lo ven, en la mayoría de los casos, como un mero espectáculo. ¿Quizá estos tengan ya perspectiva histórica?
Otro término que quiero someter a crítica es el de representación. Tenemos la acepción de volver al presente un hecho pasado, pero por otra parte podemos entenderlo como poner en escena ante un espectador un hecho ya sea real o ficción, y hay una tercera acepción, en representación de…, pero la vamos a desestimar para nuestro trabajo ya que poner en escena es la que más se adapta, ya que es la inmediatez en el espacio y en el tiempo, el presente implica un actor y un espectador, no es así en una película aunque represente ese mismo hecho histórico, no necesita al espectador en el rodaje, tenemos dos partes esenciales, el actor y el espectador.
Los actores se introducen de lleno en su papel, esencialmente es acción y para esa acción tienen que estar psicológicamente preparados ya que se trata de matar o morir. Previamente, antes de entrar en combate, los jefes de cada uno de los bandos tratan de motivar y ensalzar los valores de la lucha, son momentos de máxima tensión. El ejército popular ensalza los valores de la República, muchos con el puño cerrado y en alto corean esas consignas. Por otra parte, el ejército de Franco, con su capellán de campaña, ruega a todos los santos protección y ayuda en el enfrentamiento, culminando al unísono: ¡Por España!
Hace unos años, un soldado legionario pedía permiso para invocar a los espíritus: ¡Mi capitán, ¿da su permiso para invocar a los espíritus?! Sentí una gran decepción pues el capitán se lo denegó quedándome con las ganas de saber qué es lo que allí se iba a decir. Siempre me he preguntado qué motivos tenían o tienen los combatientes para llegar a exponer su vida, cada uno imagina un mundo idealizado culpando al otro de sus desdichas. Platón consideraba la idea, la esencia de las cosas reales, en este caso el hecho de la guerra. Mi padre, que hizo la guerra con el bando de los sublevados, me decía que los moros eran muy guarros pero muy valientes y estos solían decir: Nosotros siempre con Franco, si Franco comunista, nosotros también comunistas, nosotros siempre con Franco. Aquí la idea se torna en culto a una persona. Los rifeños solían ser muy buenos guerreros, siempre estaban en conflictos. La historia nos dice que siempre hubo tropas de élite que vivían de la guerra o para la guerra: espartanos, legiones romanas, vikingos, cruzados, jenízaros, tercios de Flandes, mamelucos… Hasta la legión extranjera o los marines americanos en nuestros días. La guerra siempre ha estado presente en la historia de la humanidad.
Otro aspecto a tener en cuenta es el lenguaje, este año se utilizó poco ya que se trataba de tomar una colina por sorpresa. Otros años, cuando las trincheras estaban frente a frente, en La Muela, los combatientes se increpaban: Rojos idos a Moscú, Fascistas, hijos de cura. Estos gritos se escuchaban entre los disparos de ametralladora y fusilería. En las recreaciones de Fayón, antes aludidas, un capitán legionario alardeaba de haber limpiado España de indeseables.

Fotografía de Paco Soler
Por último diré, para acabar este apartado de los actores, que los combatientes se pueden ver abocados al fuego enemigo o al de sus propios jefes si retroceden por cobardía, así que no es raro considerar que en las batallas además de las motivaciones se tuviese que estimular el valor con narcóticos volviendo al hombre más irracional, o matas o te matan. La edad para ser héroe es la juventud, los veinte años es la culminación del idealismo y la pasión. En este apartado, el que a mí más me gusta, hay mucha literatura, me han recomendado varios libros, quizá por polémico sea el diario "Tempestades de aceroque narra las memorias del oficial alemán Ernst Jungüer en el frente occidental durante la primera guerra mundial.
Decíamos antes que esto es una representación y acordamos que además de los actores estaban los espectadores. Observé cómo los asistentes, cada año más numerosos, bajo un sol de justicia esperaban pacientemente el acto en sí. Algunos comentarios sobre el equipamiento de los soldados, preguntas sobre quiénes eran los unos y los otros, comentarios sobre la vistosidad del acto, otros años ha sido más bonito, estaba la guardia personal de Franco. Note algún comentario negativo sobre que este año fuesen las tropas republicanas quienes ganasen la batalla. La historia es como es y los recreadores suelen ser muy objetivos, cada espectador es un mundo en su interior, pero el respeto y la educación prima sobre las malas formas, no tengo noticias de que nadie se saliese de tono alguno de estos años. La labor pedagógica está en estas jornadas.
En el título de estas reflexiones incluíamos el término recreación. Anteriormente hablábamos de revivir o de representar, ambos términos están relacionados con recrear. Se decía que solo el Gran Hacedor podía crear de la nada; aquí vamos a reconstruir unos hechos acaecidos, un pedazo de nuestra historia. Este apartado, si bien engloba los anteriores, lo centraré en el aspecto técnico, la localización del espacio lo más real posible, la uniformidad de los combatientes, los armamentos de los mismos, la técnica del combate, los gritos de guerra. Se suelen retirar todos los elementos que sean anacrónicos para dar un aspecto lo más real posible. Se busca la máxima veracidad, los heridos, los muertos, cómo son hechos prisioneros, todo parece real, pero no puede serlo, no se muere de verdad ni el fuego es real, todo es ficción. Pero lo cierto es que ocurrió. ¡Muy bien por estos actores y por su puesta en escena!
Una vez concluida la recreación, tras un fuerte aplauso, los combatientes se abrazan y la organización agradece a los asistentes su presencia, sugiriéndoles que a la salida del montículo, en el camino, hay un contenedor para los papeles y latas, respetando el medio ambiente.
Una hora después, en lo que aquí llamamos el juego de pelota, el frontón, se produce el acto final sumamente sugestivo. Los dos bandos en formación, frente a frente, con sus banderas, símbolo de la división, cada uno de los jefes ordena a sus abanderados dar un paso al frente e inclinaran ambas banderas, de esta manera no hay preponderancia para ninguno de los dos contendientes. Tras este momento uno de los jefes nos trae al momento actual y dando gracias al pueblo de Abánades por permitir un año más recrear estos acontecimientos, agradece a las autoridades, a la Asociación de Amigos de los Espacios Históricos y al público en general, recordando, una vez más, el deseo de que estos acontecimientos no se vuelvan a repetir, se da por terminado el acto mandando romper filas y emplazando a todos para el próximo año.
Es el momento de las fotos, curiosidades, preguntas, los recreadores muestran sus uniformes, armamentos reproducción del real. El público se fotografía con los distintos hombres, aquellos que creen encajar en su visión histórica.
Es la hora de la comida y la organización prepara una gran paella solidaria ya que estos gastos no tienen ninguna subvención y me costa que a los recreadores les cuesta su dinero. No todo es mercado, a veces se hacen las cosas por altruismo y generosidad y estos hombres que aquí vienen lo demuestran.
Gracias en nombre de un espectador.


Abánades, verano de 2017
Antonio Gutiérrez Layna

miércoles, 11 de octubre de 2017

Ganador VI Concurso de Fotografía "La Batalla Olvidada"

Fotografía de Virgilio Hernando

Virgilio Hernando - Primer Premio

Un único premio, consistente en un fin de semana para dos personas en habitación doble, en régimen de alojamiento y desayuno en el Hotel Rural Los Ánades de Abánades valorado en 297 Euros.

Nuestra enhorabuena al ganador y nuestro más sincero agradecimiento a todos los participantes. La entrega del premio tendrá lugar en el Museo Histórico Municipal de Abánades (Guadalajara) en día y hora por determinar. Os mantendremos informados.


Fotografía de Virgilio Hernando

Fotografía de Virgilio Hernando
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Fotografía de Virgilio Hernando

Fotografía de Virgilio Hernando

sábado, 29 de julio de 2017

El sitio de La Enebrá - Segunda Parte

Decapando la paridera
Por los datos arqueológicos sabemos que los republicanos atacaron la Enebrá haciendo una pinza desde el este y el oeste, después de una fuerte preparación artillera. Al replegarse desde la primera línea, los franquistas establecieron un perímetro defensivo con puestos de tirador en torno a la paridera. El empuje republicano, no obstante, obligó a abandonar el perímetro y a buscar refugio en la paridera. En esta primera fase de los combates sabemos que perdieron la vida varios de los defensores, pues han aparecido restos humanos -pertenecientes al menos a tres soldados- junto a los puestos de tirador.

Dentro de la paridera los soldados se defendieron con un mortero de 81 mm y fusiles máuser alemanes. Los republicanos, al ver que no podían rendir fácilmente la posición sin sufrir fuertes bajas, pidieron apoyo artillero y de tanques. Han aparecido varias espoletas del tanque ruso T-26 en torno a la paridera, pero fue probablemente la artillería la que puso fin al sitio. Al menos un impacto directo en el interior del edificio volatilizó a dos soldados e hirió gravemente a otros tres.

Cuando los republicanos llegaron al corral se encontraron a dos de los defensores moribundos. Sea por venganza o por compasión, les dispararon en el pecho con una pistola. Posteriormente los enterraron en la propia paridera, con todo su equipo (cartucheras, munición, uniformes). Aunque no ha sido posiblemente recuperar la identidad de los soldados, si sabemos que uno de ellos al menos era un falangista de Valladolid, porque llevaba una chapa de afiliación política. También sabemos que todos los muertos eran muy jóvenes, de entorno a veinte años.

Además de los restos humanos y las trazas del combate en la Enebrá han aparecido también otros objetos que nos hablan de los que allí lucharon y murieron: un cepillo de dientes, una medalla de Pío XI, monedas, una estrella del uniforme republicano, unos gemelos... En la exposición se pueden contemplar algunos de los artefactos recuperados durante los trabajos arqueológicos.

Restos de algunos de los combatientes

Textos de Alfredo González Ruibal para la exposición del mismo nombre.
Fotografías cortesía del CSIC - Incipit.