Asociación de Amigos de los Espacios Históricos de Abánades

Asociación de Amigos de los Espacios Históricos de Abánades - Museo Histórico, C/ Puente de las Eras, Nº 5, 19432 Abánades (Guadalajara) España.

sábado, 10 de enero de 2015

La casa del Martín - Primera parte

Vistas desde el interior del salón de la casa del Martín
Es una de las caprichosas casonas de Abánades que ha sobrevivido milagrosamente hasta nuestros días con dignidad estética e histórica y que mantiene en su interior la estructura y la distribución original de las estancias de antaño. Suelos de azulejo hidráulico pintado a mano, escaleras de madera, poca altura entre suelo y techo para conservar el calor del hogar, una antiquísima, práctica y económica despensa excavada en la roca, mobiliario de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, al igual que todo tipo de marcos, cuadros, recuerdos y ornamentos combinados con elementos contemporáneos, es lo que más llama la atención del curioso y emocionado visitante.

Vista exterior de la ventana del desván donde se instaló el observatorio
En julio de 1937 el primer batallón del regimiento de Gerona nº18 establece su puesto de compañía en Abánades y, desde ese mismo instante, la casa de Martín se transforma en el puesto de mando donde se instala una centralita telefónica con 8 líneas. En la primera planta, en la habitación más amplia e iluminada, se reúnen oficiales y suboficiales e improvisan una gran mesa de la casa como mesa de operaciones: planos, documentos, teléfono, sellos, tinteros e informes sustituyen temporalmente a la rústica decoración familiar. A modo de curiosidad, comentar que esta mesa todavía se conserva en otra casa, la de Buenaventura Salmerón. En la segunda planta, en el desván, frente a una ventana con unas vistas privilegiadas se instala un observatorio, diversos instrumentos ópticos de largo alcance delataban constantemente los movimientos de las tropas del Ejército Popular posicionadas en el Alto del Molino.

El salón de la casa donde se instaló el centro de operaciones
Aunque los oficiales de mayor rango se hospedaban en la casa de Juanita, la más grande del pueblo según nos cuenta Primitiva Díaz, varios oficiales y suboficiales, entre ellos el brigada Antonio Crespo Estévez, convivían con la familia en la casa. Fue en esta misma casa donde el 6 de noviembre de 1937 fue interrogado un teniente republicano evadido, se trataba de Anselmo Delgado Garro. El porte, la altura, una chaqueta de cuero y unos guantes de cabritillo fue lo que más llamo la atención de la familia Salmerón ante tan inesperada visita. También nos comenta Martín que la familia llegó a tener muy buena relación con uno de los asistentes que trabajaban en la casa y del que solo recuerdan el nombre, Agapito. Cordial, afable, educado, "buen mozo" que incluso llegó a establecer lazos afectivos con una chica del pueblo.

Vistas desde el interior de la ventana-observatorio. Al fondo el Alto del Molino, donde tenían sus posiciones las tropas republicanas.

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